¿Compromisos para no cumplir?

viernes, 30 de octubre de 2009

Declaración de Intenciones.

Toda moneda tiene dos caras, y a cara o cruz nos jugamos muchas cosas en nuestra vida. Nuestra vida, que tiene el inconveniente - o ventaja - de no poder volver atrás.
Tomamos decisiones, a cara o cruz, que planearán en el futuro, y para siempre, sobre nuestro diario quehacer, sobre nuestros sentimientos y afectos, sobre nuestro entorno familiar y social, y, aunque parezca harto difícil, hasta sobre nuestros gobernantes.
Nuestra vida se construye, como una pirámide azteca, día a día, uno tras otro, bloque a bloque, unos junto a otros, escalón a escalón, unos sobre otros. Pero, a diferencia de la pirámide, donde la cimentación, las juntas entre bloques y el escalonamiento de niveles ajustan de manera precisa, conforme a un plan y diseño preestablecido, en nuestras vidas no siempre es así.
El constructor de la pirámide hubo de recabar previamente información sobre las características del suelo, de los materiales y técnicas constructivas a emplear, del personal disponible y de otros muchos aspectos que, una vez casados, le permitieron decidir con acierto el diseño que respondía adecuadamente a los requerimientos del promotor.
Los ciudadanos nos vemos abocados a decidir muchas veces a cara o cruz, pero no siempre por la espontaneidad o inmediatez que requiera la solución a adoptar, sino, muchas veces, porque no se nos ha facilitado información veraz para tener un acertado estado de opinión sobre el asunto a decidir y, en última instancia, porque tampoco nosotros la hemos buscado.
La intención de este blog es la de compartir, con quienes así lo deseen, la voluntad de poner a disposición de nuestros conciudadanos, mecanismos de acceso a información veraz y contrastada, cuando sea posible. Y cuando no, mostrar al menos las dos caras de la moneda y una tercera opinión - la del blogger, o la expresada en los comentarios de los participantes - que contribuya a persuadir, a medios de comunicación y gobernantes, de lo importante que es el que los ciudadanos decidamos con conocimiento de causa.

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