Unos resultados dignos de análisis.
La Interpretación.
Creo que coincidiremos en que el triunfo de la candidatura municipal del PP es consecuencia de la conjunción de sus propios méritos y de muchos errores ajenos.
Manolo Domínguez suma, a las favorables circunstancias en que su partido acudía a esta elecciones, el ser bastante conocido, tener un evidente "feeling", ser un buen comunicador y comunicar, un cierto prestigio en su gestión como concejal de hacienda en el 2003 y ser un "pepero" sin estridencias, capaz de pescar en otros caladeros.
Jonás (IU x Tenerife) también demostró su arrastre y, para la inversión realizada en la campaña, lo rentabilizó al máximo.
Lo de las listas municipales de Coalición Canaria es otro cantar. Una significativa parte de los realejeros – incluso de los propios votantes de CC – manifestaba el 22M su descontento con la gestión realizada por el grupo gobernante. La administración municipal y sus empresas se habían convertido durante este último mandato en una pesada maquinaria, con una falta de agilidad y de reflejos pasmosa, incapaces de dar respuesta a las demandas ciudadanas. Cuando, en cambiar la programación del alumbrado público o en reponer una bombilla, se tarda una semana, en pintar un paso de peatones o en corregir un error en la lectura de un contador de aguas, medio año, en entregar unos ordenadores a entidades ciudadanas, dos años, en expropiar unos terrenos, mandato y pico, etc. es lógico que se piense más, en que han convertido la administración en un parapeto del grupo gobernante frente a los vecinos - para que no les molesten, claro - que en un medio para resolver sus problemas. Añadámosle la falta de comunicación con la ciudadanía, la falta de respuesta a sus peticiones, el consentimiento del sectarismo en medios públicos de información, y alguna que otra "torpeza" del "jefe" para con sus obligaciones fiscales y en el trato a sus subordinados y a los que no lo son, y tenemos los aderezos para explicar el castigo infligido a la candidatura de Coalición Canaria, a pesar de los resultados que obtuvo en Cabildo y Parlamento.
A la candidatura municipal socialista, que en términos generales era una lista de gente joven y preparada, le tocó cargar con bastantes “marrones” ajenos - las disensiones en los últimos mandatos del PSOE en el poder municipal, que aún hoy siguen proyectando su sombra sobre el partido; el, tan de moda, "si no me escuchan, me voy" - en el que yo también caí, y que tanto critica mi amigo Sigfredo - los efectos de la crisis, los vaivenes del Gobierno en el manejo de la misma, la escisión del PSOE en Tenerife, de la que se benefició la lista de IU – y alguno propio, como el no haber sabido despejar la duda - que los silencios de ese acuerdo de no agresión acentuó - sobre un posible pacto para mantener a CC en la Alcaldía. Algunos votos en blanco, y algunos nulos, puede que tengan aquí explicación.
En fin, que para todos toca a rebato. Unos, porque tendrán que engrasar de nuevo los engranajes del poder municipal. Otros, porque tendrán que revisar sus esquemas, adoptar estrategias y fijar nuevas metas. Espero que, esta vez sí, las instancias políticas se hagan eco de ese clamor de la calle: ¡Democracia real, ya!
Aunque he dejado, conscientemente, mi análisis para la próxima semana, me temo que tu propuesta de "revisar esquemas, adoptar estrategias y fijar nuevas metas" vaya a caer, una vez más, en saco roto. Y a los hechos me remito. Algunos 'perdedores', por lo que leo y escucho en medios de comunicación tradicionales, y vislumbro en foros de Internet, persisten en idéntica dinámica. Mal asunto.
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