¿Una radio municipal ejemplar?

Pues sí, querido amigo, así son las cosas en Radio Realejos.

Comparto tu idea de que los medios de comunicación pública deben seguir una política que propicie la convivencia y, dentro de la discrepancia y la diferencia de opiniones e ideas, el respeto a los demás. No es de recibo la importación a un medio de comunicación institucional y público, como es Radio Realejos, de la línea, cainita y desintegradora, puesta de moda en el vecino municipio del Puerto de la Cruz por un medio de comunicación privada, en el que el entrevistador de marras tiene cierto protagonismo. Como tampoco es de recibo, que se utilice la radio municipal como vocero y prolongación de la lucha sin cuartel que mantienen otros medios en otros terreros.

Aún es más grave que los órganos de gestión y control de Radio Realejos - desde la Dirección, a la oposición y el grupo gobernante, Sr. Alcalde incluido – permitan, o consientan, que se traslade a la radio municipal la política, nefasta, de exacerbar la confrontación y división maniqueísta de la sociedad en facciones irreconciliables y excluyentes, los buenos - yo y los míos, cuyos hechos, ideas y personas son merecedoras del máximo respeto - y los malos - los demás, que en ningún caso son acreedores de respeto alguno - sin dejar resquicio posible a la duda de que, quizás, en el otro bando, como en el suyo, los malos puedan ser norma, o sólo excepción.

Me niego a creer que mis convecinos quieran vivir en una sociedad así. La sociedad realejera actual sigue pensando, afortunadamente, que la diversidad de ideas y la lucha política no está reñida con el respeto al diferente, con la buena vecindad, con el compañerismo, con la amistad, y hasta ... con el amor.

Pienso que los realejeros desean unos medios de comunicación públicos modernos, que fomenten el respeto a la pluralidad de ideas, que sean veraces y objetivos, que distingan las informaciones de las opiniones, que promocionen el debate y el contraste de pareceres como formas de favorecer el entendimiento y la estructuración social, y que, respetando las formas, se mantengan alejados de la zafiedad: sin denigrar, sin insultar, sin humillar, sin menosprecios ni burlas, sin amenazas ni coacciones, respetuosos con las personas y su privacidad. En fin, que contribuyan a consolidar una sociedad en la que nos dejen seguir creyendo, que entre los que no piensan como "yo y los míos" - y hasta que no se demuestre lo contrario - los hay, tan o más honrados, honestos, responsables, inteligentes, generosos y preparados ... que "yo y los míos".

Jesús, tiene usted razón, algún programa de Radio Realejos está a años luz de lo que se espera de una radio institucional, pero lo cierto es, que algunos ¿? lo permiten o lo consienten.